Mejorando el consumo de café en México.
“¿Quién compra que y por qué?
Cuando uno hace su visita semanal al supermercado, tienda de abarrotes o mercado local, llega con la premisa de obtener todas sus necesidades a partir de productos y sus respectivas marcas comerciales. Al entrar a esta atmosférica consumista, uno prosigue en crear su despensa personal. Algunos compran sus productos basándose en la simple imagen y presentación, otros eligen a partir de sus nutrientes, aportaciones a la salud e incluso medioambiente (como son los productos orgánicos y marcas que cargan considerado estima por sus certificados en aportaciones a comunidades y practicas sustentables). Sin embargo existen muchos elementos específicos que suceden dentro de la producción de estos consumos o productos que aun no llegamos a comprar que podrían ser útiles al momento de generar una nueva alianza entre el consumidor y posicionamiento del producto en el mercado.
Se trata en generar una red de intercambio de información. Este caso, información de producción. Y es ahí cuando llegamos a la gran pregunta… ¿De qué manera logramos compartir esta información? A esto se ha dedicado Luis Felipe Luna Reyes, doctorado en ciencias de la información y profesor de economía en la Universidad de las Américas Puebla, al hablar sobre su tema de investigación “I-Choose: construyendo redes de intercambio de información para mejorar procesos de decisión de compras de los consumidores.”
I-Choose es una “arquitectura técnica para compartir información, explicó Luna. Es una manera de compartir información entre clientes y proveedores. La información se comparte entre productores y gente de la cadena de suministro con los consumidores. En la cadena de suministro (lo cual se le llama al proceso evolutivo de un producto desde sus inicios crudos hasta el momento en que llega a nuestras casas) cada área tiene su intercambio de información, lamentablemente está no se comparte con otros sectores de la producción lo cual limita a que un producto pueda llegar a su mayor potencial.
En el caso de la investigación de Luna, usan al café como prototipo. Este café proviene de Chiapas y es tostado en Puebla por una empresa poblana llamada San Lorenzo. Sin embargo “nadie más realmente sabe eso, toda esa información alomejor aquí en México todavía no es importante, pero en Estados Unidos y en Europa toda esa información es cada ves más importante,” añadió Luna, señalando cómo el saber de dónde provienen nuestros productos son cada día más importantes y requeridos por los mismos consumidores.
Dentro de la cadena de suministro existen puestos que tienen datos específicos de su área y no logran o tienen esta red de intercambio de información para compartir dicha información y añadirle mayor valor al producto, un valor escondido entre números y cifras, que una ves utilizadas aumentan el interés y demanda de tal producto. Este movimiento actual de compartir información proviene de que son más y más los ciudadanos que quieren empresas, transacciones y producciones transparentes. Sin embargo existe una diferencia entre lo que es confidencial de una empresa y lo que debe de darse a conocer por transparencia, ejemplifico Luna que son, “procesos míos que me hacen diferente a otras empresas y son los que me dan la ventaja,” las empresas tienen derecho a reservar esa información. Se presentan constantes pleitos entre lo que es realmente confidencial y lo que no, como es el caso del ingrediente secreto dentro de los nuggets de pollo de Mcdonalds o de Kentucky Fried Chicken (conteniendo varios componentes químicos cancerígenos y tóxicos para el humano).
El intercambio de información es necesario para el funcionamiento y consumo de un producto. Es por eso, que este estándar de información, I-Choose facilitará el proceso de compartir información dentro de la cadena y hacia los certificadores. Luna y sus tres colegas de investigación usan al café como prototipo para consolidar esta red de actores que podrían utilizar este estándar de intercambio de información.
Como toda investigación, Luna y sus colegas buscan mayor financiamiento del gobierno de Estados Unidos para poder completar los datos faltantes de diferentes proveedores de café. El objetivo es, crear un prototipo “grandote” que incluya las bases de datos de pequeños productores, junto con la base de datos de la Asociación Mexicana del Café (AMECAFÉ) y la base de datos del programa 4C de Nestlé. El programa 4C toma a México como país piloto para este programa a nivel mundial en donde junta información de productores e intermediarios. 4C logra capturar cuestiones socioeconómicas de los mismos productores y sus respectivas practicas de producción creando una base de datos substanciosa.
“Es crear una infraestructura que nos permita hacer un poco de minería,” dijo Luna, al compartir esta base de datos se logrará entender tendencias y el mismo desarrollo del mercado del café. Gran cantidad de la información adquirida durante este proceso de obtención de datos será compartida a nivel privada, a nivel grupal (con la cadena de suministro) y con los consumidores dependiendo de su relatividad y demanda.
Actualmente I-Choose se encuentra en cuestiones de registro de propiedad intelectual. Se planea tener una infraestructura abierta, es decir que sea gratis y abierto para el publico, “todo mundo sabe que existe, todo mundo sabría cómo, y cualquiera lo podría traducir”, añadió Luna. Cualquier empresa o persona puede usar de esta información para conocer el proceso de producción del café en diferentes empresas mexicanas e usar de estos datos para añadirle mayor valor al producto. Con este sistema de intercambio de información se crean mecanismos para asegurar que los datos sean correctos y actualizados. Entre mayor transparencia e intercambio de información mayor control puede haber en el proceso de producción al mantener practicas legales.
Al final de cinco años con esta investigación se pretende levantar nuevamente los datos y ver si hicieron alguna diferencia con los productos. “Vamos a ver valor en esta información que nos va hacer mejores internamente… hay valor en compartir esa poca información y que se abra al consumidor,” dijo Luna.
Sí la base de datos de I-Choose resultará exitosa, se planea generar una especie de buscador donde cualquiera pudiera encontrar información sobre la producción del café que consume. “Eventualmente alguien creara una pequeña aplicación de esta información,” explicó Luna, como es GoodGuide, base de datos que incluye aspectos de salud, ambiente e impacto social de los productos consumidos.
GoodGuide usa el elemento de estrellas doradas para diferenciar la calidad, practicas y procesos de altos estándares utilizados en la producción de cualquier insumo. Al identificar esa información valiosa con una imagen visual se da a entender los estándares de calidad y producción.
Al compartir información valiosa de cualquier producto, se adopta un sentido de responsabilidad y es ahí cuando el producto no sólo es un producto, sino que representa actitudes adoptadas por los mismos consumidores I- Choose le dará acceso a usuarios conocer lo que consumen y finalmente generar en México un movimiento colectivo de “conocer de dónde proviene lo que consumimos” y consumir productos que reflejen las actitudes que queremos expresar.
La próxima vez que tome su habitual taza de café, recuerde que detrás de ese delicioso sabor y aroma, existe todo un proceso de producción e intercambio de información que se genera justo para que en ese instante en que sus labios tocan la taza y toman el primer sorbo, pueda exclamar con alivio ”¡mmmm…!” y seguir con su mañana.
(Escrito en 2013)
